El satélite partió de la Tierra hacia el infinito, equipado
con toda clase de sondas y aparatos de medición. Estaba previsto que en algún
momento se encontrase con Dios
Había decenas, cientos, miles de cáscaras vacías de vida.
Solo unas pocas supervivientes continuaban latiendo. Pronto quedó solo una,
ajena a su condición. Al fin también su cuerpo se quebró. La crisálida, ya
inerte, no vio partir a la mariposa.
La abordé por la calle y me presenté. Era una chica
preciosa, Claudia se llamaba. La invité a cenar esa misma noche. En el
restaurante todo fue perfecto, el trato exquisito, la comida deliciosa y el
vino de lo mejor de la bodega. Lástima que ella no aceptase.
Hoy me han concedido el premio, disfrazado de Cevin Kostner, en el concurso Cuenta 140 Poesía que organiza El Cultural y conduce Joaquín Pérez Azaústre, poeta y novelista. Ya había llegado a la final en varias ocasiones sin suerte. El tema de la semana era La Justicia y esta es mi criatura:
Parecían bailar sus zapatos
al viento
colgando del árbol
Si os apetece visitar el lugar de los hechos aquí teneis el billete. Enlace