lunes, 17 de junio de 2013

Anécdotas de mi saco

                                   (Imagen: En la red)



                       El preso

Llevaba siete años como alcaide, por lo que descubrir aquella celda, excluida de todos los registros, lo perturbó sobremanera. Al aproximarse no fue el inquilino delgado y canoso quien lo desconcertó. Lo que lo dejo sin habla fue que únicamente pudiese abrirse desde dentro.

4 comentarios:

  1. De cuando las cárceles están de las rejas hacia afuera.
    Abrazos Barlon.

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  2. Ese tipo de cárceles suelen ser las de la mente, construidas por nosotros mismos.
    Saludos.
    http://laputayelescribano.blogspot.com.es/

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  3. Me ha parecido muy ingenioso este micro. Felicidades.

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